LA CIENCIA DE LA INTELIGENCIA Y LA
CREATIVIDAD
Makoto Shichida, JAPON
El Poder de la Mente
Es una persona controlada por
su destino? O es él el único que controla su propio destino? Depende de la manera en que la persona utilice su conciencia.
Esta es el destino de
todos nosotros para ser felices. La única cosa que tenemos que hacer es visualizar un evento positivo en forma concreta. Visualizamos
ese sueño como una imagen vívida, como si en realidad estuviera pasando.
Hace unos quinientos
años, en China, un joven, 14 años de edad, fue a ver a un maestro de adivinación para que le diga su fortuna. El maestro le
dijo al joven que debía estudiar leyes. El pasaría el primer examen a un cierto rango, recibiendo un cierto salario; pasaría
el segundo examen a un cierto rango, llegando a otro cierto resultado; pasaría el tercer examen a un cierto rango, llegando
todavía a otro cierto resultado; al final, él alcanzaría una cierta posición y moriría el 30 de Agosto, a la edad de 53. No
tendría niños.
Al principio, la vida
del joven fue como el adivino le había dicho. Sin embargo, después del segundo examen, conoció a un sacerdote Budista de un
templo en la montaña de Seikazan. El sacerdote estaba impresionado de que este joven tenía pocas ambiciones para la fama y
la riqueza, distinto a otros de su edad. El sacerdote preguntó, “Dónde tú has cultivado tu mente?” El joven respondió,
“Nunca he tenido algún entrenamiento moral”. En asombro, el sacerdote también preguntó el por qué él no mostraba
algún deseo mundano. El joven contestó que era porque ya conocía su destino como lo había dicho el adivino.
El sacerdote soltó una
carcajada y dijo, “Creo que encontré a un joven prometedor, pero él se ha cambiado a una persona despreciable. Dijo
al joven: “Si todos son predeterminados por el destino, por qué se dice que las buenas acciones atraerán buenos resultados?
Si hay un destino, las acciones buenas o malas no harán la diferencia”. El sacerdote le dijo que los esfuerzos honestos
cambiarían su destino.
El joven estuvo de acuerdo
y realizó esfuerzos honestos al estudiar. Descubrió que podía calificar a tres mil puntos. Pasó el segundo examen con puntos
mucho mas altos que los que el adivino le había predicho. Ganando el auto-confianza, él obtuvo cinco mil puntos. Después de
casarse, él incluso tuvo diez mil puntos.
Como resultado, alcanzó
una posición mucho más alta que la predicción original y llegó a ser un ministro de gobierno. Este hombre también tuvo niños. A los 69 años, escribió un libro, en el que afirmó: “Mientras creía en las palabras
del adivino que moriría a la edad de 53, mi vida era
miserable. Cuando conocí al sacerdote del Templo Seikazan y aprendí la visión correcta de que mis propios esfuerzos mejorarían
mi destino, la niebla y la neblina de mi cabeza se limpiaron a la vez. Me dijo que yo moriría a los 53, pero todavía estoy
en buena salud. Disfruto de mis niños y mi alto estatus”.
Este episodio ilustra
la grandeza de la mente humana. Una persona puede cambiar su destino por la forma en que su mente funciona. Esto es porque
el poder de la mente puede ir más allá del destino. El poder de la creencia es varias veces mas fuerte que el poder del temor.
Deshagámonos de los pensamientos negativos.