Con frecuencia, los ángeles eligen los sueños
nocturnos para manifestarse, quizás porque las producciones oníricas participan de la etérea materia angelical: son reales,
pero intangibles, nos dan mensajes y favorecen el autoconocimiento, pero pertenecen a otro plano de la existencia que no es
el plano real.
Para que los ángeles aparezcan en los sueños,
hay un método específico que consiste en la incubación de sueños angélicos. En efecto, como los sueños son una "creación propia"
-mas precisamente de nuestro inconsciente- nosotros tenemos el poder de "modelar", de "incidir" en esa obra que nos pertenece
y sobre la cual, habitualmente no tenemos injerencia directa.
Todos, absolutamente todos los seres humanos,
tenemos la capacidad potencial de incubar sueños, pero muy pocos las ponemos en práctica en la edad adulta. En la niñez, sin
embargo, lo hacemos de manera espontánea sin tener conocimiento siquiera de que estamos empleando un método.
Es posible incubar sueños sobre cualquier
tipo de problema, siempre y cuando no se trate de un problema demasiado trivial, porque si lo es, muy probablemente olvidaremos
el contenido del sueño cuando despertemos o el ángel no considerará necesaria su presencia en nuestras fantasias nocturnas.
La incubación de un sueño en general y de
un sueño angélico en particular, requiere que se cumplan determinados requisitos:
Requisito 1: Elegir la noche propicia. La noche indicada para incubar un sueño es
aquella en que no estamos demasiado cansados y no hemos ingerido alcohol o algún tipo de medicamente como los sedantes, capaces
de deprimir las operaciones de nuestra vida psíquica. Tenga en cuenta que los tranquilizantes y píldoras para dormir tienen
una incidencia negativa sobre nuestra mente.
Requisito 2: Rescatar los sueños. Los sueños se olvidan muy pronto si no se lleva a cabo un verdadero
trabajo de "rescate". El momento más propicio para llevar a cabo este trabajo es el período que media entre el sueño y el
despertar. Como el inconsciente aún no ha tenido tiempo de ejercer su censura, es posible recordar con nitidez. Haga un esfuerzo
por repasar, en ese momento, lo que soñó durante la noche. Las primeras imágenes que vislumbrará serán las del último período
del sueño y, a partir de ellas, deberá recuperar todas las demás.
Cuando no recuerde nada más, cambie de posición.
Posiblemente, aparecerá algún nuevo recuerdo. Este período, en el que se encontrará particularmente relajado y receptivo,
dura aproximadamente unos 15 minutos. Si no está seguro de recordar lo soñado luego de haberse levantado, regístrelo inmediatamente
en un grabador.
Requisito 3: Confeccionar un diario de sueños angélicos. Consigne en el diario angélico todos los detalles
del sueño que le parecieron significativos y el mensaje y la actitud del ángel .Recuerde que cuando se reúne un corpus amplio
de mensajes, éstos adquieren nuevas significaciones. No anote "interpretaciones" personales sobre los mensajes o sobre el
sueño angélico en general; recuerde que los mensajes angélicos "hablan" por sí mismos si los confrontamos entre sí o si, simplemente,
los dejamos "reposar" un tiempo para volver a interrogarlos más adelante.
Requisito 4: Madurar la incubación. A fin de que el ángel se aparezca en sueños para
contestar sus preguntas o resolver sus problemas, es necesario que las preguntas a contestar o problemas a resolver "merezcan"
su presencia, es decir, que sean lo suficientemente importantes. Esto no significa que deban ser considerados importantes
por los demás, sino que deben ser íntimamente trascendentes para usted. No es los mismo preguntarle al ángel qué color de
ropa debe elegir para su próxima reunión social, que consultarlo acerca de las actitudes que debe asumir para darle un curso
más positivo a su vida.
Por otro lado, usted
deberá estar dispuesto a recibir su mensaje no sólo con el intelecto, sino también con el corazón y estar preparado para llevar
las soluciones que le proponga el ángel hasta sus últimas consecuencias. Si invoca al ángel para obtener de él soluciones
mágicas, pero no está dispuesto a cambiar nada de sus interiores -si, por ejemplo usted incuba un sueño angélico sin una convicción
profunda y un profundo deseo de cambio positivo- la incubación será un fracaso: es posible que el ángel no acuda a la cita.
Supongamos, por ejemplo, que usted le pregunta al ángel por qué, a pesar de que no tiene problemas serios y que cuenta con
un buen múmero de bienes materiales, no logra experimentar una sensación de dicha plena. La respuesta del ángel no sólo tendrá
por objeto satisfacer formalmente su pregunta, sino que, además, le mostrará el camino por el cual usted debe transitar para
solucionar su conflicto. Si la respuesta del ángel fuera, por ejemplo: Porque tienes demasiado
apego a las cosas materiales y estás dejando de lado la dimensión espiritual de la vida,
su actitud ante lo que el ángel le dice debe ser receptiva y activa, es decir, usted debe estar dispuesto a comprometerse
con las palabras angélicas y tratar de obrar en consecuencia. No vale la pena que intente incubar sueños angélicos, si no
está dispuesto a realizar ningún cambio fundamental en su existencia, si no está dispuesto, por ejemplo, a bucear en su interior
y a retomar el camino espiritual que su preocupación por los bienes materiales le hizo perder. Por esta razón, es necesario
"madurar la incubación", es decir, hacer una acto de introspección que nos permita reconocer si estamos dispuestos a asumir
todas las implicancias que pueda tener el mensaje angélico.
a) Preparación onírica.
Paso 1: Formulacion de una frase de
incubación. Usted debe postular su deseo, pregunta o
ruego de la forma más clara posible y expresarla a través de una frase concreta que no debe ocupar más que una sola línea.
Una vez que sepa cuál es esta frase, escríbala con claridad sobre un papel blanco. Si excediera la línea, púlala y sintetícela
hasta que pueda expresarla en un sólo renglón con la menor cantidad posible de palabras. Esta frase no debe ir dirigida a
ningún ángel en particular, ya que el destinatario principal de la misma es su inconsciente. Usted debe "grabar" esta frase
en su mente, reteniendo no sólo los conceptos, sino también la grafia con que la ha escrito. De esta forma su deseo, pregunta
o demanda adquirirá "materialidad", tendrá el mismo peso y la misma presencia que un objeto material y, de esta forma, podrá
traspasar las barreras de la conciencia para alojarse en su inconsciente que es el productor fundamental del sueño.
Si se trata de una pregunta, formúlela de
manera directa. No escriba, por ejemplo:
Quiero saber por qué no soy
dichoso.
Escriba:
¿Por qué no soy dichoso?
Proceda de la misma forma si lo que va a formular
es un ruego. En este caso no escriba, por ejemplo:
Desearía una mayor prosperidad.
Escriba:
Deseo mayor prosperidad.
Su ruego debe sonar lo más firme posible.
Lo mismo es válido para solicitar ayuda. No escriba, por ejemplo:
Necesitaría que me ayudaras
a comprender mis temores y angustias.
Escriba:
Ayúdame a comprender
mis temores y angustias.
Cuanto más clara y específica sea su frase
de incubación, tanto más lo será el sueño. Recuerde que el ángel que se aparezca en sus visiones oníricas lo hará en un paisaje
y en una situación determinados y, muy probablemente, también dentro de un determinado "argumento" onírico.
Al formular su frase
de incubación lo que usted está haciendo es, precisamente, crear las condiciones para que se genere un sueño en el que la
aparición del ángel resulte lógica y natural, es decir, verosímil. Supongamos, por ejemplo, que usted formule la frase de
incubación: Ayúdame a comprender mis temores y angustias. Al
recibir esta frase, su inconsciente preparará inmediatamente una "escenografía onírica" adecuada, un "marco lógico" para la
aparición del ángel y para su posible respuesta. Tenga en cuenta que el mensaje del ángel excede las palabras que pueda formular
y que, incluso, puede no formular ninguna palabra en absoluto. La significación del mensaje angélico está contenida en la
totalidad del sueño, en cada uno de sus elementos y detalles. Si el ángel apareciera, por ejemplo, en medio de un cielo tormentoso
y a partir de su presencia ese paisaje cambiara, tornándose soleado y apacible, aunque el ángel no haya pronunciado palabra,
su mensaje podría traducirse con poco margen de error como: Pondré orden y luz en tu vida convirtiendo
el caos en armonía.
Paso 2: Relajación: Una vez que se encuentre en la cama, debe relajarse totalmente para desprenderse
de las tensiones del día. De esta manera, evitará que lo que Freud llamó "el resto diurno", es decir, el remanente de los
sucesos acaecidos durante el día ocupe gran parte del sueño e impida que el concepto medular de la producción onírica aparezca
con claridad.
Un ejercicio que puede darle mucho resultado
es la siguiente visualización:
Mi cuerpo está escrito como
si fuera un libro. En la piel puedo vislumbrar trozos de textos con diferentes tipografías que cubren toda su extensión, sin
dejar centímetro libre. Esa escritura caótica ejerce sobre mí una suerte de aturdimiento, como si cada uno de esos textos
tuviera voz propia y se expresara en voz alta. Tomo un paño blanco, lo humedezco con agua tibia y lo paso suavemente por mi
piel. El contacto es reconfortante y, a medida que voy pasando el paño humedecido, las palabras se van borrando y mi piel
vuelve a emerger rosada y limpia. Después de un cierto tiempo, no queda vestigio alguno de las escritura. No siento calor
ni frío, no siento dolor ni excitación. En mi mente no hay ningún pensamiento. Me acomete una dulce pesadez y siento la agradable
sensación de estar desnudo, sin equipaje.
Paso 3: Repetición. Repita la frase de
incubación hasta que ésta comience a perder su sentido original. De esta forma, la frase logrará "colarse" por las barreras
de la conciencia y penetrar en su inconsciente.
Paso 4: Producción. Imagine un escenario posible para la aparición del
ángel. Sea lo más detallista que pueda en este ejercicio de imaginación. Imagine, también, que camina por el escenario que
diseñó mentalmente y que tiene un encuentro con el ángel.
B) Invocación angélica
Trate de acostarse con la cabeza en dirección
al Este. Si no es ésa la disposición habitual de su cama y no puede cambiarla, haga un esfuerzo de imaginación y piense que
su cabeza apunta hacia los nacientes rayos del Sol.
Paso 1: Afirmación. Repita en voz baja:
Creo en el poder de los
ángeles para manifestarse en los sueños y para satisfacer a través de ellos mis ruegos. Creo en la sutileza de los ángeles
que les permite llegar a mundos remotos, construídos con las sustancias de los sueños que es también la sustancia de los ángeles.
Paso 2: Invocación del ángel guardián.
Yo (su nombre) te invoco
a Tí (nombre del ángel guardián), ¡oh! ángel guardián, para que te manifiestes en mi sueño, para que pases tus alas de espumas
sobre las espumosas imágenes que se forman en mi interior, sin que aparentemente yo tenga ninguna intervención. Dame la señal
de tu presencia en mis visiones nocturnas y permíteme recordarte al abrir los ojos.
Paso 3: Ruego o mandato. Repita en voz baja su frase de invocación, pero,
esta vez, destínela a su ángel. Si su frase de incubación fue, por ejemplo, ¿Por qué no soy dichoso?,
esta vez remítala a su ángel diciéndole: Angel mío, quiero saber por qué no soy dichoso.
Paso 4: Sellado del mandato. Diga:
Sello este mandato
con las palabras BERJENON-ASICAL.
Que así sea.
Paso 5: Agradecimiento. Diga:
Angel, gracias por la infinita
bondad que te impulsa a llegar hasta mis sueños para iluminar mis noches con tu presencia y gracias por escuchar mi ruego.
Paso 6: Trabajo de sueño. Realice el agradecimiento en una posición cómoda que
le permita conciliar el sueño y trate de no cambiarla antes de dormirse. Si se da la vuelta o modifica de alguna manera su
posición, es posible que su espíritu se aleje del trabajo de concentración que significó todo lo que realizó anteriormente.
Paso 7: Registre sus sueños angélicos. Es conveniente que, al despertar, registre sus
sueños en una pequeña planilla que podría seguir el siguiente modelo:
Fecha |
|
Frase de incubación |
|
Argumento literal del sueño |
|
Mensaje explícito del ángel (Si es
que lo hay) |
|
Mensaje que deduce del argumento del sueño |
|
Detalles significativos |
|
Observaciones (sensaciones, pensamientos
y decisiones que provoca) |
|
Recuerde que un mensaje
angélico, considerado en un conjunto con otros, puede adquirir una significación más amplia y rica que considerado en forma
separada. La planilla de sueños angélicos le facilitará, precisamente, la tarea de comparación. Forme distintas series con
sus sueños. Agrúpelos, por ejemplo, de acuerdo con la frase de incubación. De esta manera, constatará cuántos mensajes angélicos
diferentes o similares respecto de un mismo ruego ha recibido. Otra forma posible de agrupación es la cronológica. Los sueños
angélicos de un mes pueden permitirle observar ligeras variaciones en los mensajes en los que se oculte algún significado.
También, puede agruparlos por tipos de mensajes: por ejemplo, mensajes explícitos e implícitos. Toda nueva agrupación enriquecerá
su interpretación del mensaje angélico.